Escuchando: Kimi ni fuku kaze, de Mikuni Shimokawa (Ending de FMP: Fumoffu)
De Full Metal a Full Metal, y tiro porque me toca. Después de una semana sin publicar nada en éste blog mío tan desierto, dejo de momento el tema del Alquimista de Acero a hablar de uno de los animes que acabé de ver hace muy poco, y que a pesar de que es otro shonen, no tiene nada que ver con el tema anterior.
Las chicas de Full Metal Panic y Bonta-kun, el icono de esta segunda temporada
Ésta serie que paso a comentar hoy es la segunda temporada de Full Metal Panic, que por su tono difiere completamente de la primera y la tercera temporada que hace poco sacaron. Esta es una serie que mezcla la comedia de instituto con la acción futurista (armas, armas y… más armas). Si bien la primera y la tercera temporada tienen un tono más serio y siguen una trama determinada (un poco demasiado surrealista para mi gusto, que no soy muy aficionada a las historias de mechas…), Full Metal Panic? Fumoffu se desmarca de ellas y, como si fuera una serie independiente, se focaliza tan sólo en el día a día de los protagonistas, con situaciones delirantemente divertidas.Por supuesto que uno se descentra un poco si empieza a ver ésta serie sin haber visto la primera temporada, pero no supone un gran problema, porque enseguida sabes cómo son sus personajes y las relaciones que tienen entre ellos, sin que por ello puedas sentirte perdido en la trama.
Nuestros protagonistas principales son Sousuke Sagara, un chico bastante atípico para su edad (por no decir que es más raro que un perro verde a cuadros… decidme si conocéis a un chico que sea como éste, y os pago… o bueno, mejor no), porque resulta que es un sargento que no ha conocido en su vida otra cosa que las armas de fuego y las normas de la milicia y no se sabe adaptar a la vida civil (con lo cual es casi siempre la causa de las situaciones surrealistas en las que se ven envueltos en la serie); y Chidori Kaname, quien resulta ser una simple chica de instituto, pero que tambien es bastante atípica para ser japonesa porque tiene un carácter de los mil demonios… por culpa de Sousuke principalmente, al cual anda atizando de continuo con una especie de abanico gigantesco (que sé que tiene un nombre, pero no recuerdo cual era…). Para situarnos un poco en la historia, Sousuke va al mismo instituto y clase de Chidori porque tiene órdenes de protegerla, ya que es objetivo de unas organizaciones militares y blablabla (estas cosas se tratan en la trama de la primera temporada, de la cual tengo nociones bastante mínimas ya que sólo he leído un poco del manga… de cualquier manera, esto no interesa mucho ahora mismo).
Y ahora vamos a lo bueno. ¿Por qué «fumoffu»? ¿Qué es eso y por qué llaman así a esa temporada? No se puede decir que tenga traducción, precisamente, y tampoco una explicación racional (¿para qué? Esto es humor absurdo al fin y al cabo, aquí la lógica no juega un papel importante), pero tiene que ver con el icono y, para mi gusto, lo mejorcito de toda la temporada: Bonta-kun. Es un oso de peluche (curiosamente, Bonta-kun es el nombre con el que se llama a los osos de peluche en Japón… es como «teddy» para los angloparlantes, para que os hagáis una idea) que es mascota de un parque de atracciones, y por unas circunstancias que aquí no mencionaré, acaba siendo una especie de disfraz y alter-ego para Sousuke… con todas las consecuencias que ésto conlleva. Lo de «fumoffu» viene por que Bonta-kun… sólo sabe decir «fumoffu», así de sencillo (el distorsionador de voz funciona así… no, eso tampoco tiene explicación xD) . Como iba diciendo, los mejores gags en ésta serie tienen que ver con éste personaje. Imaginaos un oso de peluche enorme hablando de forma kawaii, portando una ametralladora y luchando contra policías psicópatas, acosadores y clanes yakuza… Vale, lo comprendo, no es algo que sea facil imaginar: tenéis que verlo. Y creedme, vale la pena verlo, sólo para pasar unos minutos de carcajadas continuadas.
Contemplad, señoras y señores, al héroe definitivo del siglo XXI.
Además, Bonta-kun como alter ego de Sousuke aporta un plus de atractivo al personaje: nos muestra en parte el lado más tierno y empático de éste sargento (porque en principio puede parecer que no tiene, con lo corto de miras que es el pobre). Lo malo es que sólo aparece en unos cuantos episodios (y eso que de por sí la temporada es bastante corta, con 12 capítulos nada más) y que además tarda en aparecer en la serie, pero en cuanto aparece ya no podréis olvidarle jamás, os lo aseguro.
Aún sin Bonta-kun, la temporada se hace muy entretenida de ver de por sí, que al final es a lo que va, ni más ni menos: no a ofrecer tramas complejas o con sentido, sino a que puedas pasar un buen rato. Ningún capítulo sigue un argumento determinado, simplemente te van contando pequeñas historias, sin pies ni cabeza y bastante violentas, la mayoría por malentendidos por parte de Sousuke. Uno de los capítulos que más me llamaron la atención (y en el cual no aparece Bonta-kun) fue uno en que están en clase de Plástica, y te muestran una manera, ehm, diferente… de hacer de modelo para poder dibujarlo, todo porque Sousuke entendió como le pareció la explicación que le dieron acerca de posar… vamos, a mí me llegan a hacer eso de verdad y me vuelvo loca, ¡con lo difícil que es ya de por sí dibujar un modelo estático! Sin contar con que el final de la temporada fue uno de los más impactantes e inesperados que me he podido encontrar en todos los animes que he visto… y por supuesto, sin perder ese toque de humor tan característico en ningún momento, ¡a pesar de que trata de algo tan escalofriante como un arma bacteriológica!
Hay algo de romance intuido también, pero muy poco. A Chidori se le ve a la legua que está enamorada de Sousuke, y en ésta temporada parece que éste también siente algo por ella, pero como comprenderéis con su carácter no resulta nada romántico… y el hombre es tan cazurro que ni siquiera se da cuenta de que tiene a dos chicas (sí, hay triángulo amoroso) guapísimas tras él, así que éste aspecto resulta bastante más desapercibido. Resulta más importante para el anime la dosis de humor que tiene que ésto, al final.
Como siempre analizo la banda sonora y los openings/endings de los animes que critico… aquí no resulta nada del otro mundo, más que para ayudar a la ambientación surrealista. El ending con los personajes en versión chibi y una canción que resulta prácticamente idéntica a «Game of Love» de Santana encaja mucho más con el tono de la temporada que el opening, que resulta bastante más… ehm, shojo, y engaña bastante al espectador, que por un momento se piensa que va a ver otra cosa… xD Tanto el opening como el ending son cantados por la misma persona, por cierto (Mikuni Shimokawa), que es además quien ha cantado los de las demás temporadas. Como ultima curiosidad, el opening, Sore ga, ai deshou, aparece también como ending en un capítulo de Lucky Star (del mismo estudio, acordaos) cantado en un karaoke por Konata (es decir, por su seiyuu, Aya Hirano)… de forma bastante convincente, todo hay que decirlo :P.
En fin, quizás no se trate del anime del siglo, ni mucho menos; más bien se trata de un respiro si ya estás algo cansado de ver animes con tramas pesadas y «serias», tan recomendable para el que nunca ha visto Full Metal Panic antes como yo y no estan demasiado interesados en la trama principal, como para los que son seguidores de la serie en sí. Además, tiene muchas referencias a películas bélicas, así que si además os va ese tipo de historias seguramente os riáis aún más con los gags. ¿Lo peor? Que tenga tan pocos capítulos. Aunque probablemente, con el éxito que ha tenido, los de Tokyo Animation (que son los responsables de ésta temporada y de la tercera) vuelvan a hacer algo parecido… todo se andará.